viernes, 4 de septiembre de 2015

Para Celebrar

4 de Septiembre 

Día de la Historieta 

Se recuerda esta fecha en homenaje a la aparición de la revista semanal Hora Cero de nuestro eterno HGO, el maestro Héctor Germán Oesterheld, en su Editorial Frontera.

Este emprendimiento que encaró junto a genialidades del diibujo como el italiano Hugo Pratt, Solano Lopez, el chileno Arturo del Castillo, el uruguayo Alberto Breccia, Carlos Roume, etc., expuso la mejor etapa creativa de la narrativa gráfica de una época, en la que aparecen El Eternauta, el western Randall The Killer, Nahuel Barros, Sherlock Time, Sargento Kirk, entre otras aventuras escritas por él mismo.







Junto a la lámina de Hora Cero, sostenida por Germán, exhibimos una segunda sobre Paturuzú, personaje emblemático de la primera historieta nacional, en los años 30. Hemos incorporado un dato inédito que jamás habíamos publicado hasta ahora, aunque si lo habíamos expuesto hace ya varios años en charlas y encuentros, y que pertenece a un hallazgo nuestro sobre el origen de su nombre, que por casualidad encontramos investigando poblaciones indígenas del Paraná Guazú. Creemos que se contempla entera de esta forma la visión de Quinterno, el creador de Patoruzú, en tomar ingredientes de los pueblos locales para la formación de su personaje, en donde observamos el poncho como prenda típica del norte, aunque él es un indio del sur, pero que a la vez lleva en su nombre un acento agudo propio a las poblaciones precolombinas de la actual región de Buenos Aires. Descartamos la versión tradicional de biógrafos, que destacan el hecho de una golosina de moda en el nombre de Patoruzú, estando más que claro que esa influencia no aparece en el nombre original. Por el contrario, los biógrafos de Historieta lógicamente poco suelen revisar investigaciones de Historia, como sí es nuestro caso, y demostramos como queda evidenciado la relación existente entre los nombres mas allá de una enunciación publicitaria: Quinterno priorizaba el acento guaraní del nombre.

Elegimos a Fierro y El Tony para esta representación acotada y simbólica, según nuestros criterios, por ser íconos editoriales en cuanto a su trascendencia nacional e internacional. Nuestro deseo va, compartiendo estas 4 láminas para difusión de todos los públicos, en recuerdo a todos los integrantes de nuestra Historieta, nutrida por autores nacionales, europeos y latinoamericanos, y que elaboramos para el 3º Encuentro del año 2012, participando en la Muestra del Centro Cultural UNGS. Sigue siendo nuestra intención la recuperación de la Historieta como entretenimiento de comunicación y transmisor de conocimientos. 

Una celebración dedicada para los amigos, lectores, colegas y maestros, cada 4 de septiembre en recuerdo de quienes, y por quienes, estamos hoy acá. Feliz Día. 


Claudio Peré

martes, 30 de junio de 2015

Siempre Elsa

"Sí,  era dulce la vida aquella noche helada, en mi chalecito de Vicente López, cálido como un nido… 
Era dulce saber que en un piso mas abajo, Elena, mi mujer, estaría leyendo en la cama..."

"La verdad Ezra… Charlie no tenía idea de lo que es capaz de soportar una madre… a una madre no le interesa gran cosa el heroísmo en la guerra… mucho, mucho más le interesa el poco de ternura de cada día…las flores de todas las tardes, las pequeñas atenciones que Charlie no le hizo faltar, hasta ese mismo ocultarle su cobardía, lavaron todas las infamias del pasado, incluso la traición de Chemin des Dames."

Elena y Marta en El Eternauta 

Mort Cinder - La Madre de Charlie

Conocía a Elsa de algunos documentales. Cuando la ví por primera vez en el Frontera no lo podía creer. Le hacían un reportaje en una cabinita preparada para estudio de radio, que estaba a un costado en el centro de la carpa entre los Stands, casi enfrente de lo que por ese entonces era EL NUCLEO, el emprendimiento autogestionado de Historietas de Ricardo De Luca y Brian Janchez. En una de esas vueltas la ví adentro de la caja de vidrio, y si no fui el primero fui el segundo, estoy seguro, en advertirla y pegar la ñata. En un minuto todo el hall se llenó para verla y escucharla. Cómo batallaba. No sé cuanto tiempo habló. Pero no se movió nadie y cuando ella  sintió que ya había dicho suficiente, un aplauso cerrado colmó el aire que a ese momento era lo único que estaba vacío.
Tuve la suerte de que viniese a dar una charla al Centro Cultural UNGS en San Miguel tiempo después. Ahí contó con valor una historia que yo no sabía, que ingenuamente yo había idealizado. Su dolor, su lucha. Su no rendirse. Su claridad por defender la Historieta. Su valentía ante tantas adversidades. Su lugar como esposa y madre. Cómo no quererla, admirarla y emocionarse!
Hay, de las tantas historietas de HGO, estos dos fragmentos que se me vienen como potentes refucilos al recuerdo. La mujer que lo tiene todo, la dulzura del hogar que describe Juan, presintiendo esa felicidad en el relato que lo pone de regreso a su casa; y la entereza de una madre de un soldado inglés, a la que ninguna traición ni heroísmo le podrán ser tan importantes como el reencuentro con su hijo.

Nuestro padre quiera que estén juntos ya.